13 Reglas para que no te manipule la casta

Entender que el mundo no lo mueven las ideologías ni las creencias, las mueven los intereses, por lo tanto, no entres en el engaño de que las guerras son por el terrorismo, porque los de un país son más malos que los de otro, etc.

Los medios de comunicación o pertenecen a un estado o pertenecen a una/s empresa/s. Tanto en un caso como en el otro, solo contarán lo que a ellos les interesa y poco o nada importa que lo que digan sea pura mentira. Los medios de comunicación de masas no existen para informar, existen para manipular.

Observar los movimientos en los medios, que pretenden enfrentar a unos contra otros, ya que el divide y vencerás es la regla de oro para el control de las masas. Las cuestiones de los nacionalismos autonómicos suele ser una de tantas cuestiones usadas para dividir a la población de un país.

Nunca te fíes de los «expertos» mostrados por los medios oficiales de comunicación, solo son marionetas en manos de la casta, para que te creas determinadas cosas. Tampoco te fíes de las versiones oficiales, que se correspondan o no a la realidad, solo dependerá de lo que la casta crea que le interesa que sepas.

No creas en la propaganda anti comunista, ni que EEUU fue la que ganó la segunda guerra mundial. La segunda guerra mundial la ganó la URSS y EEUU apareció en Europa para evitar que el ejército rojo fuese entrando en Europa como ejército de liberación. La URSS surgió no por que un loco tomase el poder, si no por que un pueblo oprimido como el ruso un buen día decidió aplastar a su casta.

La provocación de determinados personajes televisivos forma parte de una estrategia de ruido, que lo único que busca es que el público no se entere de determinadas cuestiones que requieren de un diálogo pausado y razonado. La provocación es usada continuamente en política y en los medios, para evitar que se lleguen a conclusiones peligrosas para la casta, aunque la provocación también sirve para otras muchas cuestiones.

Siempre hay que defender los intereses propios o los del grupo al que pertenecemos. Mucha de la manipulación busca que el individuo defienda los intereses de ellos, antes que los tuyos propios.

Acostúmbrate a no callar, si te acostumbras a callar ellos ganan.

La unión hace la fuerza.

10º Desconfía de las fuentes oficiales, ya que si son oficiales, es evidente que responderán a los intereses oficiales y no los tuyos.

11º Jamás dejes a los niños pequeños delante de la televisión. Lo que se graba en el subconsciente de pequeño, afectará en el futuro al comportamiento de los adultos.

12º Intenta buscar siempre, quién es el que realmente se beneficia de una situación, sobre todo si la situación es absurda. Es decir que si mañana un grupo terrorista que a salido de no se sabe donde toma un país, piensa en quién puede realmente estar detrás de ese grupo terrorista y que puede ganar, ya que por lo general la gente así por la buenas no coge un fusil y se pone a pegar tiros, por muy creyente de tal o cual religión.

13º En todas partes del mundo la gente quiere las mismas cosas que tú, nunca te creas en otros países la gente es tonta, fanática o lo que sea, ya que la mayoría querrá lo que quieres tú.

Las 10 reglas por las que se puede identificar a un gilipollas

Lamentablemente vivimos rodeados de gilipollas y conviene saber detectarlos para que no nos enmierden con sus gilipolleces.

El perfecto gilipollas no tiene ideas propias y repite lo que los grandes medios de comunicación convierten en mantras, como eso de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades como justificación de cualquier cosa relacionada con la crisis, o que la derecha sabe gestionar mejor lo público que la izquierda o que el precio de la vivienda no caerá (este mantra es antiguo pero en su momento todo buen gilipollas lo decía de forma automática) o cualquier mantra por el estilo que los medios de comunicación de masas quieran decir.

El buen gilipollas antepone los intereses de otros a los suyos, sobre todo si esos intereses son los de alguien que él cree que es un ente superior, como por ejemplo esos obreros de derechas que les parece bien que la patronal se cague en los trabajadores y encima en una huelga son los que suelta improperios de todo tipo en contra de los sindicatos que precisamente son los que luchan por los intereses de los trabajadores, aunque por supuesto hay sindicatos y sindicatos.

El gilipollas comuniensis es un obseso de las modas.

Que se pone de moda una pulserita de silicona con una pegatina con holograma que vale 50€ aunque está claro que fabricarla no valdrá ni 0,05€, pues el gilipollas va corriendo a la tienda a comprarla, por que si sale en la televisión y algún futbolista sale de forma «casual» llevándola puesta en una rueda de prensa, el no va a ser menos y seguirá la moda como buen borrego.

Que gana 800€ pero lo que está de moda es un Audi de 40.000€, pues va corriendo al banco a pedir un préstamo a 10 años para ir a la moda, aunque al final terminará pagando 50.000€ o más por los intereses del préstamo y durante años tendrá que sacrificar una buena parte de su sueldo en pagar el dichoso coche. Sin contar con los gastos de ropa, accesorios tecnológico y demás gilipolleces que se comerán un considerable porcentaje de sus ingresos.

El gilipollas perfecto tiene terror de salirse del grupo y obsesivamente hará lo que haga la mayoría, ya que el gilipollas fuera del grupo no es nada y el mundo exterior fuera de la manada de gilipollas con los que se junta es hostil, gris y peligroso.

El gilipollas antepone el ego a su salud y integridad física y si lo que está de moda es pincharse en el culo esteroides de uso veterinario para marcar tableta, el gilipollas será el primero en hacerlo.

Que las normas de seguridad vial dicen que no se debe de conducir bebido y que hay que respetar los límites de velocidad. Pues el buen gilipollas se salta todo a la torera o si no lo hace, lo critica abiertamente y dice aquello de, que nadie es quién para decirme si puedo o no conducir bebido o los límites de velocidad solo están para recaudar.

El gilipollas por supuesto no sabe cuando cerrar la boca y cuando un comentario está fuera de lugar y es el típico que suelta algo que no se sabe si lo dice para molestar o para hacer una gracia en el momento menos oportuno. Tampoco tienen la más mínima empatía y no le importa si sus actos pueden perjudicar o dañar a los demás, de ahí que la linea que separa un gilipollas o un psicópata es tan fina que podría ser imperceptible para cualquiera con dos dedos de luces.

El gilipollas no tiene conversación más allá de las 4 gilipolleces como los deportes, las cuatro noticias escandalosas del momento y paremos de contar.

El perfecto gilipollas aborrece cualquier cosa que sea diferente u otros puntos de vista que no sean los típicos de los gilipollas. Vamos, que a este tipo de personas como se les hable de una forma algo elevada se quedarán como con cara de no entender nada y terminarán soltando una gilipollez.

Un buen gilipollas lo ve todo o blanco o negro y no contempla la existencia de otras tonalidades intermedias. Por lo tanto, el gilipollas es el típico reaccionario político o ideológico que o estás con él o contra él.

10º Los gilipollas son cobardes por naturaleza y suelen ser fuertes con los débiles y débiles con los fuertes, con lo que si un gilipollas termina siendo policía, será el típico chuloputas con placa que le grita a una anciana en una manifestación, si es que no le pega una paliza, pero cuando le pillan con el carrito del helado en un juicio se caga en los pantalones y nunca admite su responsabilidad en nada de lo que hace, aunque lo que haga sea algo manifiestamente ilegal o inmoral.